"Basta de infamia" es una de las pancartas. Foto: Twitter Movimiento Avispa
Zaragoza.- A pesar de la victoria del Real Zaragoza ante la Ponferradina, el domingo dejó un incidente antes del inicio del choque. Según informan fuentes del Movimiento Avispa, miembros de seguridad les impidieron la entrada de dos pancartas al estadio municipal de La Romareda, aludiendo a “instrucciones del club”. Los lemas eran los habituales, con “Zaragoza sí, Agapito no” y “Basta de infamia”, que en anteriores ocasiones sí se les ha permitido desplegar en las gradas.
“Cuando los compañeros llegaron a las puertas de acceso habituales se les comunicó que el club no dejaba entrar ninguna pancarta que portáramos nosotros”, ha explicado Iván Andrés, del Movimiento Avispa. Así, ha explicado a ARAGÓN PRESS que “no fue por contenido, sino que desde el club han decidido que no podíamos entrar ninguna pancarta”. Allí, se dirigieron a la Policía Nacional para preguntarles si era una instrucción suya en base a la Ley Antiviolencia, pero les insistieron en que las directrices procedían del propio Real Zaragoza.
Una situación que ya sucedió en alguna ocasión la pasada campaña y que, en la presente, no había ocurrido hasta el momento. Eso sí, ante el Recreativo de Hueva se les obligó a cambiar las pancartas de sitio achacándolo a que tapaban vallas de publicidad. “En ese momento se cambiaron de ubicación y le comenté al responsable de seguridad del club que si la publicidad era tan sagrada por qué no se quitaban otras”, ha comentado Iván Andrés. En ese choque también se retiraron de la zona del Ligallo Fondo Norte, grupo que dejó su zona de la grada vacía ante la Ponferradina en señal de protesta.
Desde el Movimiento Avispa valorarán en los próximos días las medidas que van a tomar. Iván Andrés ha asegurado que piensan en “denunciar al club” o incluso “hacer una carta de protesta al Ayuntamiento de Zaragoza, que es el responsable de la instalación”. “Esto no va a quedar en saco roto”, asegura, incidiendo en que “parece mentira que se coarte la libertad de expresión, que es un derecho fundamental”. “Espero que midan bien lo que están haciendo porque coartarla es un delito y puede tener consecuencias penales para algún miembro de la directiva”, advierte.
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