El partido comenzaba con el aliciente de saber dónde ubicaría Víctor Muñoz a Ángelo Henríquez dentro del once. La duda se disipó pronto. Los rumores de una posible aparición en punta junto a Roger quedaron descartados cuando en la primera jugada de ataque se colocó en la banda izquierda para terminar de definir el ya conocido 4-2-3-1 utilizado por el técnico aragonés en partidos pasados. La alineación quedaba así: Leo Franco en portería, Diego Rico, Laguardia, Álvaro y José Fernández formando la línea de cuatro atrás; Barkero y Arzo en el centro del campo, por delante el ya mencionado Henríquez, Luis García y Montañés y por último Roger arriba.
Fue precisamente ahí donde más peligro generó el Real Zaragoza en los primeros minutos del encuentro. El chileno presionó bien arriba y robó diversos balones poniendo en peligro a la defensa rival. Suya fue la ocasión más clara de la primera parte al rematar un buen centro ejecutado por José Fernández. Ésa fue, de hecho, una de las pocas jugadas bien hilvanadas por los locales en los primeros 45 minutos. A partir de ahí, el Real Zaragoza brindó al público un dominio plano del balón más característico de las pachangas veraniegas que de un partido del tramo final de temporada. Dos tiros lejanos en la misma jugada de Barkero y Montañés fueron lo más destacado en este periodo donde las limitaciones ofensivas del conjunto blanquillo quedaron totalmente en evidencia.
La segunda parte siguió por los mismos derroteros. El equipo salió fuerte, Henríquez dispuso de nuevo de una clara ocasión al quedarse solo ante el portero pero su remate salió demasiado centrado. Viendo que no había reacción, Víctor Muñoz intentó buscarla introduciendo a Víctor Rodríguez para ocupar la posición de un desubicado Henríquez. El Real Zaragoza pareció reaccionar tímidamente, fue aquí cuando se produjo la ocasión más clara del encuentro, una buena internada por banda de Montañés acabó con un misil que rebotó en la parte superior del larguero. Todo quedó en eso. Los de Víctor Muñoz se volvieron a enmarañar en su propio sistema y sus intentos de crear peligro arriba quedaban una y otra vez suprimidos por la defensa jiennense.
Sin embargo, cuando todo parecía destinado a un empate a nada, de nuevo una jugada por banda de Montañés seguida por un centro buscando a Roger acabó siendo desviado por Hugo Álvarez dentro de su propia portería. Los tres puntos se quedaban así en el feudo blanquillo y le permiten al equipo alejarse a 7 puntos del descenso y ver a tan sólo 4 los puestos que le permitirían disputar los play-off de ascenso a Primera División.
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