El Real Zaragoza pierde ante Las Palmas (1-2) y se queda sin opciones reales de ascenso. Los aragoneses volvieron a desarrollar un partido infame en el que la totalidad de los goles se anotaron en el primer cuarto de hora de juego.
El último tren. Si el Real Zaragoza quería mantener un mínimo atisbo de esperanza en poder conseguir el ascenso a final de temporada, la victoria ante Las Palmas se antojaba imprescindible. El conjunto insular llegaba a La Romareda capitaneado por el zaragozano Sergio Lobera, en posiciones de playoff de ascenso, y con dos ex zaragocistas en su once inicial: Apoño y Aranda. Por su parte, Víctor Muñoz, que contaba con sus dos delanteros principales sancionados, hacía iniciar como titular a Diego Suárez escoltado por una línea de tres formada por Álamo en la derecha, Luis García de enganche y Montañés por el carril izquierdo, con el resto de efectivos habituales como base del equipo.
Pese a las urgencias, los tres puntos nunca iban a dejar de ser un lejano sueño. El conjunto canario avisó nada más comenzar el envite con una jugada a balón parado, pero pocos minutos después, en el seis, un centro de Xabi Castillo desde la izquierda propiciaba el primer tanto visitante tras un cabezazo de Vicente Gómez. Diego Rico se dormía en la marca y el mediocentro natural de Las Palmas ponía por delante a los suyos. Las caídas de Aranda y Valerón a banda generaban muchos espacios interiores que condenaban a los blanquillos.
Instantes después, en el minuto 10, una buena ejecución de tal concepto asestó el segundo golpe al conjunto dirigido por Víctor Muñoz –quien vio el encuentro desde la zona de prensa al estar sancionado por su expulsión en Girona-. Un gran pase de Masoud por encima de los centrales otorgó la posibilidad a Vicente Gómez de, al primer toque y sin dejarla botar, batir con una vaselina a Leo Franco. Se convertía en bigoleador del choque tan solo diez minutos después de su inicio y el Real Zaragoza se veía noqueado ante un comienzo desastroso.
Pero en un último coletazo antes de morir, el equipo blanquillo consiguió descontar en el minuto 14. César Arzo robó un balón en el pico de la frontal y rápidamente cedió el esférico hacia el centro del área para que Montañés rematara hasta el fondo de las mallas. Se marcaban tres goles en el primer cuarto de hora y en los treinta restantes hasta el descanso solo un buen disparo de Montañés, que repelió de manera portentosa Barbosa, iba a inquietar alguna de las dos porterías. El extremo castellonense del Real Zaragoza se mostró durante todo el choque como la única arma cargada de los aragoneses.
Tras la reanudación, Víctor Muñoz dio entrada a Juan Esnáider en detrimento de Javi Álamo, pasando a formar con dos puntas, los dos del filial. Las Palmas, más cansado, se agazapó en busca de una contra que sentenciase mientras que el Real Zaragoza ponía más empeño para voltear el marcador, pero, como siempre, volvía a faltar lo más importante: fútbol. Poco a poco el equipo blanquillo se fue apagando y no consiguió generar ninguna ocasión clara de peligro para terminar firmando prácticamente la sentencia hacia su objetivo de ascenso.
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