El Enfermo Padece los mismos Síntomas


El Real Zaragoza suma un punto en Vitoria tras empatar frente al Alavés (2-2). De nuevo, y como si fuera una repetición de los problemas que condenaban al equipo de Paco Herrera, un gol en el inicio de partido y otro en el tramo final volvieron a dejar sin victoria al equipo aragonés. Y ya van nuevo jornadas.

El Real Zaragoza llegaba a Mendizorroza con la soga más ajustada que nunca y con los puestos de descenso a Segunda B acechando. Ocho partidos sin ganar, con un cese de entrenador incluido, situaban la victoria como objetivo prioritario para cambiar el rumbo deportivo de un equipo moralmente hundido. El planteamiento inicial de Víctor Muñoz produjo una situación un tanto bizarra. El perfil intrínseco de Herrera presumía a principio de temporada un equipo asociativo, pero su juego terminó desembocando en un sistema y unos mecanismos totalmente contrarios a los que proyectaba. La medular del técnico catalán llegó incluso a estar  formada por futbolistas como Paglialunga, Acevedo y Cidoncha; efectivos totalmente incongruentes para practicar esa idea primigenia de fútbol. Pues bien. Si la filosofía conocida de Víctor Muñoz es la de un juego vertical con transiciones rápidas, un plan bastante contrario, con asociación y presión adelantada, iba a ser el representado por el equipo en Vitoria. Sin futbolistas posicionales ni defensivos -Barkero y Cidoncha fueron los mediocentros del 4-2-3-1-, la posesión se erigía como la única arma.

El encuentro comenzó como tantos otros para el Real Zaragoza: con un gol en contra. Era el minuto cuatro cuando Barkero tocó el balón con la mano en la frontal del área aragonesa y el colegiado señaló infracción. Borja Viguera, uno de los mejores delanteros de la competición y que está luchando por el puesto de máximo goleador con Scepovic –Sporting de Gijón-, fue el encargado de ejecutar un disparo que se coló en la meta defendida por Leo Franco. El portero argentino no estuvo acertado en la acción y acabó encajando un lanzamiento que iba por su lado, y muy poco ajustado. Por enésima vez en la temporada, y como lastre más que profundo, el conjunto blanquillo encajaba en los primeros minutos de juego.

A partir del minuto 15, el equipo aragonés se sacudió los nervios iniciales y empezó a ejecutar el único plan que podía dadas sus herramientas. Desde la posesión se puso a manejar el tempo del partido para ir creciendo conforme avanzaban los minutos. Aunque de nuevo sin alardes y con Javi Álamo como uno de los mejores recursos del partido, el dominio del partido dio sus frutos en el minuto 26. Luis García estuvo muy listo en la ejecución de una falta y puso rápidamente un balón a Roger. El delantero valenciano se adelantó a toda la zaga alavesa y percutió su meta para poner de nuevo las tablas.

Tras la reanudación, el Alavés comenzó a generar ocasiones reales que metían en problemas a los aragoneses. Muy incisivos, los locales estuvieron cerca de volver a adelantarse, pero el que lo hizo fue su rival. Un centro de Paco Montañés desde la banda izquierda golpeó en Samuel y entró en la portería defendida por Goitia. El Real Zaragoza remontaba y tenía enfrente otra de sus asignaturas pendientes: la gestión de ventajas. Pero el guion del partido continuó como había iniciado la segunda mitad. El equipo de Víctor Muñoz perdió el balón, se echó hacia atrás, y su rival se lo hizo pagar. En el minuto 81, un centro de Jarosik fue cabeceado al borde del área por Quiroga para mandar el esférico hasta el fondo de las mallas blanquillas. La falta de contundencia de Laguardia –era quien seguía a Quiroga- y la mala colocación de Leo Franco, quien vivió su peor tarde de la temporada, sellaron el empate final en Mendizorroza. Cabe destacar el debut con el primer equipo de Carlos Javier, segundo canterano que se estrena desde la llegada de Muñoz.

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