Entrevista a Edu Oriol publicada en El Periódico de Aragón
"Me vi menospreciado"
--Como Loovens, Obradovic, Pinter o Apoño, usted fue uno de los que tuvo que salir con una rescisión amistosa.
--Así se dijo. Fue para olvidar el último mes y medio que estuve allí. Me vi menospreciado, fue una sensación que no le gustaría a nadie. Los que entraron al club lo hicieron con sus ideas y ahí yo no encajaba.
--Se refiere a García Pitarch, Moisés o Bruixola, claro. Pero, ¿que sucedió?
--Me fui con muy mal sabor de boca, porque no me merecía ese trato. Tenía que haber tenido alguna oportunidad porque ni fui de los más malos, ni mucho menos un desastre.
--Defina menosprecio
--Menosprecio por el trato mercantil, por no ser tratado como una persona. Salvo en una ocasión, que lo hizo Moisés, nunca me dijeron las cosas a la cara y después el míster tampoco es que fuera muy claro conmigo. De hecho, cuando salió publicado que el club no contaba conmigo él me dijo que entrenara y que le demostrara, porque al final iba a decidir él. Sin embargo, él no pintaba nada.
--Se le ve dolido.
--Si es que el míster me colocaba de lateral izquierdo... Nos podemos hacer el tonto y lo que se quiera, pero es que quedó claro que no tenía ninguna opción. Yo, aunque fuera de lateral, quería demostrar que era capaz de quedarme y puse todas las ganas.
--Los acuerdos amistosos de rescisión no lo fueron tanto.
--Es así. De cara a la gente queda bien poner eso, como diciendo que nos dábamos la mano y acababa la relación, pero solo fue beneficioso por su parte. Sé por mi lado y por el de mis compañeros que hemos perdonado muchísimo dinero.
--Y era eso o aceptar el despido.
--Lo más grave es que te amenacen con un ERE, que pasen los días y sigan diciendo lo mismo a nuestros agentes. Al final bajas los brazos. No quise pelear en otros sitios porque yo juego al fútbol porque me gusta y no para estar peleando por estas cosas. Sin embargo, al final a todo el mundo el tiempo le pone en su sitio y a esta gente que entró en el club le pondrá.
--Zuculini no aceptó y acabará en los tribunales, en una demanda por la vía de la FIFA.
--He hablado con él y sé lo que pasó. Cada uno enfoca de una manera sus asuntos, pero lo que es cierto es que de todos los que salimos así ninguno acabó contento con el trato del club. Y lo peor es que el zaragocismo, la institución en sí, no tiene ninguna culpa. La culpa es de los personajes que han entrado al club.
--El Zaragoza se agarra a que esas salidas eran obligadas por temas económicos.
--Bueno, eso es indudable según lo que dice el Zaragoza. Yo puedo entender que hay fichas altas, pero que no me vendan la moto de que mi ficha era de las más elevadas cuando había muchos salarios mayores que el mío.
--Y las cantidades que se les adeudaban...
--Si es que decían que no tenían dinero y cuando acepté firmar la rescisión ya tenían el dinero para pagar esa rescisión y lo que nosotros habíamos aceptado que no nos pagaran el 30 de junio porque decían que no tenían esas cantidades. Tal y como se portaron hubiéramos podido denunciar al club, al cual ayudamos y aceptamos que la Liga (a través del fondo del descenso) nos pague a nosotros. Pero eso no lo vieron. O no quisieron.
--Pero su nivel el curso pasado no fue el esperado.
--A nivel colectivo lo más grave fue el descenso. Después, en mi caso, sé que terminé bien la primera temporada y que el año pasado por unas cosas o por otras no me encontré. Me quedo con que a mí no me pueden decir nada en cuanto a profesionalidad. Trabajé duro, siempre me esforcé y di todo.
--Tanto usted como Manolo Jiménez hablaron de problemas personales el curso pasado.
--Nunca lo usé como excusa. Me pasó un problema, apareció Víctor con un gran nivel y el míster creyó que no respondía a lo que él me pedía. Y después para mí era difícil jugar cada dos meses y dar el máximo. Aun así, la continuidad se la debe ganar uno y no lo logré.
--¿Cómo está viendo al Zaragoza desde la distancia?
--He visto todos los partidos por internet y para nada me esperaba un comienzo así. Confío mucho en este equipo y sé que tirarán para adelante, aunque ya están dejando escapar puntos. Y confío también en el trabajo de Herrera porque como entrenador sí me gusta su filosofía. Además, la Segunda es muy larga. Solo hay que fijarse en el Villarreal el año pasado.
--¿Cree que el Zaragoza es candidato al ascenso?
--Por supuesto. Por nivel de jugadores, claro que sí. Y por entidad y por tradición, todavía más. Yo veo otras plantillas y equipos y el Zaragoza no tiene que envidiar a nadie. Al contrario, los demás al Zaragoza.
--¿Y la decisión de irse a Azerbaijan, al Khazar Lankaran? Desde luego Doblas, que se marchó, no le hablaría bien....
--Doblas se marchó, pero hay otro español (Álvaro Silva) que no tiene ninguna queja. Lo que me decidió para venir fue el tema económico. En España, un jugador de mis características, serían incapaces de pagarme lo que cobro. Y me aseguro dos años. De momento, todo me va de diez. Todo lo que me prometieron se ha cumplido.
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